Rémoras

Están entre nosotros. Piden el número en la frutería y lavan el coche los sábados. Cobran su sueldo como cualquier hijo de vecino, pero viven a expensas de los primos que les rodean.

En Mesopotamia ya sabían que uno podía vivir del esfuerzo de los demás, obtener beneficios sin producir ningún bien, extraer riqueza de la propia riqueza. Dicen de Bruto, ya en los prolegómenos del Imperio Romano, que adornaba sus préstamos con un coqueto 48 %.

Todos corremos en mayor o menor medida este riesgo, así que no vamos a citar las profesiones más proclives para que no se nos enfaden los críticos de cine ni los políticos (oops!), y porque lo que más interesa aquí es el mecanismo psicológico que ponen en juego las rémoras para seguir viviendo de gorra: «me necesitas». Todos los manipuladores saben que cuando se instala en la psique del otro la fantasmagoría de la dependencia se puede hacer con esa persona literalmente cualquier cosa.

Los miembros de las federaciones deportivas y las diferentes ligas saben (vaya, otra vez) que uno puede comenzar organizando el calendario y terminar por creerse imprescindible y cobrar un sueldo millonario a costa de los incautos que se lo permiten. Javier Tebas, según Business Insider, ganaba 350 000 euros en 2015 y ahora, 10 años después, está entre 3 kilos y medio y 5. Una de las funciones de Tebas es la del control económico. A ese respecto basta con ver cómo controla al FCB.

Otro de los éxitos de Tebas es el haber traído al fondo británico CVC Capital Partners a la Liga. En 2021 se acordó que CVC aportaría unos 2000 millones de euros a los equipos de primera y segunda a cambio del 9 % del rendimiento económico de los próximos 50 años. En el penúltimo ejercicio el fondo ya ha cobrado de la Liga 110 millones, lo que supone un 60 % de subida respecto al ejercicio anterior, y quedan 47 años de poner el cazo… ¿Quizá CVC y por tanto Tebas se beneficiaron de las urgencias de los clubes por culpa de la pandemia para hipotecar su futuro en beneficio propio? No creo, ningún fondo de inversión se comportaría así. Pero esperen.

Resulta que de los 1929 millones que prometió la entidad a junio de 2023 solo había entregado 1446, mientras que la Liga ya ha realizado tres pagos: 11,3; 69,7 y los mencionados 110 millones.

En resumen, que CVC ha aportado 1444 millones y ya ha recuperado 191, por lo que no hay que ser un lince para estimar que en unos 10 años habrá recuperado la inversión (si es que termina de realizarla en junio) y que se pasará 40 años llorando de la risa y secándose las lágrimas con los billetes de los clubes, o bien, como ya han anunciado, vendiendo antes sus derechos a otro fondo para que terminen de esquilmar a la gallina de los huevos de oro.

¿Que por qué los presidentes de los clubes (excepto Su Florentineza, Laporta y Elizegi-Uriarte) han transigido con la maniobra del dirigente costarricense? En primer lugar por la mencionada urgencia y después y sobre todo porque ninguno de ellos estará en el cargo cuando dentro de 50 años hagamos balance del timo (es un timo y no una estafa, porque hay primos y no incautos).

Entonces, como el marrón es a largo plazo pero el líquido entra inmediatamente, aquí hay dinero para todos y se considera adecuado bañar en pasta a Tebas, dado que, como dice Goyo Jiménez, «aquí el dinero lo tenemos cuatro cabrones». Sabemos cómo estallan las burbujas financieras, pero conviene estar atentos a cómo y sobre todo quiénes las inflan.

P. S.: Nos dice Nietzsche que no conviene inflarse porque entonces es más fácil que lo pinchen a uno. Lo que vale para las personas debería valer para los mercados, pero desde Mesopotamia sabemos que la ambición puede siempre más que la prudencia.

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