En la vida es conveniente buscar el origen real de las cosas, las causas primeras, porque los problemas solo se solucionan arrancando el mal de raíz.
Aviso: la verdad es dolorosa
Mentirse a uno mismo consuela durante un tiempo, pero siempre deriva en batacazos fenomenales. No compensa, vaya. Pero si uno ya ha caído en la tentación, es conveniente que alguien, amigo o enemigo, le diga la verdad. Ahí va:
Aquello en lo que el Barcelona, incapaz de conseguir la excelencia deportiva del rival que lo obsesiona y acompleja, ha cifrado sus expectativas de superioridad, su logro incomparable, su cénit estadístico, no existe. El Barcelona, estimados lectores, jamás ha ganado un sextete.
La Liga del supuesto sextete (el sextete de corchopán) comenzó el 30 de agosto de 2008. La final del mundial de clubes del sextete de corchopán se jugó el 19 de diciembre de 2009, es decir, más de 465 días después y ya en la temporada siguiente, la 2009-10. Según mis sofisticados cálculos, y a no ser que en la república catalana (también de corchopán) los años duren 500 días, las competiciones que componen el sextete de Petete no se celebraron ni durante la misma temporada (abarcan la 2008-09 y la 2009-10) ni durante el mismo año natural (abarcan 2008 y 2009, y a solo 12 días de pisar 2010). Ni siquiera tuvieron lugar durante el margen de 365 días que componen un año terrícola. Que los títulos pertenezcan a dos temporadas distintas es especialmente relevante, pues implica que se jugaron con plantillas y equipaciones diferentes. Samuel Eto’o, por ejemplo, solo ganó los 3 títulos correspondientes a la 2008-09.
¿Por qué hemos tragado con la milonga entonces? No lo sé. Por pena, supongo. Lo que ocurre es que lo que se oculta para no dar un disgusto al niño a menudo lo convierte en un adolescente disfuncional. La verdad educa, la mentira malcría.
«Es que entonces no hay forma de ganar un sextete». Sí, sí la hay. Se trata, como en el caso del triplete (que el Barcelona sí tiene, por cierto), de ganar 6 títulos durante la misma temporada.
Supongamos, por ejemplo, que un equipo hubiera ganado esta temporada 2021-22 Liga y Champions (es difícil de imaginar, pero hagan un esfuerzo). Durante la próxima, 2022-23, jugaría las seis competiciones de marras; Supercopa de Europa, de España, mundial de Clubes, Liga, Copa del Rey y Copa de Europa. Todo en menos de 12 meses y durante la misma temporada. En caso de ganarlas, el equipo hipotético se haría con un sextete real, inapelable. Un sextete, vaya.
Que conste que en mí late la voluntad de ayudar, por si alguien por allí quiere empezar a sanear la cuentas y las cabezas y volver a poner los pies sobre la tierra. En esa línea y próximamente se abordarán los siguientes temas: «Neymar le costó al Barça 200 millones y no 57» y «Contar la Copa de Ferias como trofeo da casi ternura».